viernes, 11 de noviembre de 2011

Los caballos en la era vikinga


Hoy en día sabemos que los vikingos, contrariamente a lo que mucha gente cree, no luchaban a caballo. Eso sí, lo usaban para llegar más rápido a las batallas. Una vez allí, descabalgaban y luchaban a pie. Pero como veréis a continuación, este no era el único cometido de los caballos en la era vikinga.

Los caballos originales de la antigüedad eran de dos tipos:

Unos eran pequeños, de patas cortas y fuertes, de cuello grueso y pelaje espeso. A este tipo se le conoce como caballo islandés, porque aun es posible encontrar este tipo de caballos en la isla. Esta raza de caballos ha llegado a nuestros días prácticamente sin ningún cambio. Ya hace más que 900 años que la gente sabia de Islandia prohibió la importación de cualquier caballo de otros países y así aseguró la pura raza del caballo islandés. Su estatura es pequeña pero es un caballo muy fuerte. Mide 135 cm. de altura.
Actualmente es un animal muy protegido en un país, Islandia, en el que gran parte de la población aprovecha sus días libres para cabalgar. Hoy en día el censo de caballos en Islandia se eleva a unos 80.000 y se pueden ver pastando libremente a lo largo de toda la geografía islandesa.

Había también un segundo tipo, los cuales eran especialmente criados y elegidos para cabalgar o para peleas de caballos. Los ejemplares mas hermosos y grandes generalmente eran de grandes "jarls". Estos eran particularmente comunes en el sur de Suecia donde se les criaba con mucho esmero.

Los caballos servían un gran número de propósitos en la sociedad vikinga; se usaban para cabalgar, los hombres pobres lo hacían a pelo, pero los nobles lo hacían con sillas talladas de madera y adornadas con incrustaciones de metal, generalmente iban recubiertas de lana y cuero para hacerlas mas cómodas; los estribos eran de metal y a veces también eran adornadas. Las bridas llevaban muchos adornos de bronce o cobre con lindos diseños. Algo muy común era encontrar que se les colgaban cascabeles o campanas, quizás para alejar a los malos espíritus, quizás para encontrarlos mas fácilmente entre la niebla y nieve.

Los potros también eran criados para pelear. En algunos lugares de Noruega también se llegó a organizar carreras de caballos, se elegía el mejor de cada región y se hacían competencias entre ellos, los jinetes iban a pelo y fustigaban tanto al caballo como a los otros jinetes. Generalmente el final de la carrera venía tras un salto espectacular desde alguna roca para darle mas emoción a la carrera.

En las granjas también eran útiles pues se utilizaban para jalar cosas pesadas o arar para la siembra. Como los inviernos son tan crudos, en el otoño se seleccionaban los animales fuertes que podrían sobrevivir, y el resto eran sacrificados, algunas veces como ofrendas a los dioses.
Servían para tirar de trineos y carretas, y las bridas y riendas eran bastante avanzadas, ya que les permitían tirar de un arado sin asfixiarlos como pasaba con los que estaban diseñados para usar en toros.
Los caballos blancos eran los mas preciados, pero también los negros y rojos; se decía que los caballos podían dar mensajes de los dioses y muchas veces se utilizaban para saber lo que deparaba el destino por sus movimientos y comportamiento.

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