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domingo, 15 de enero de 2012

Artículo publicado en BBC sobre las piedras solares

Se trata de un interesante artículo publicado en BBC Mundo en el que nos habla del estudio de un grupo de investigadores internacionales del uso, por parte de los vikingos, de piedras solares para orientarse en el mar cuando la meteorología no les permitía ver el sol o las estrellas. El artículo fue publicado el 03 de Noviembre del 2011.

También fue publicado un artículo similar en El Mundo "El GPS de los vikingos" el 8 de Noviembre del 2011. En este artículo, además de hablar del estudio actual sobre las piedras solares, nos explica los orígenes de esta teoría cuando en 1967 el arqueólogo danés Thorkild Ramskou sugirió su uso para orientarse en el mar en la época vikinga.

Y dejadme recordar, que en este mismo blog ya se publicó, en marzo del año pasado, un artículo sobre las piedras solares. Haz click aquí si quieres volverlo a leer.

Las piedras de sol se encuentran en Noruega, Canadá y Rusia. Son usadas en joyería.

Los vikingos posiblemente usaron las míticas piedras solares para navegar los mares, según indica un estudio. El secreto habría estado en los espatos islandeses, un tipo de minerales calizos muy transparentes.

En la mitología nórdica o escandinava se cree que las piedras solares guiaron a los marineros hacia América del Norte.

Quizás, años después, esa idea no era equivocada.

Un equipo de científicos internacionales publicó un estudio en la revista especializada Proceedings of the Royal Society A (Actas de la Sociedad Real A) en el que aseguran que los espatos islandeses funcionaron como las míticas piedras solares y consiguieron polarizar la luz que estaba dispersada por las nubes.

El espato de Islandia es una variedad de calcita transparente y romboédrica que tiene una doble refracción.

Al levantar las piedras, los vikingos navegantes las pudieron haber usado para posicionar el sol en el cielo.

Los vikingos fueron marineros con grandes destrezas que viajaron miles de kilómetros entre el norte de Europa y América del Norte.

Pero sin una brújula magnética, que fue inventada en el siglo XIII, estos navegantes debieron haber apelado a otras herramientas náuticas.

Sin las estrellas, que debieron haber estado fuera del alcance de la vista durante los meses de constante luz del verano, el sol habría sido la mejor opción para establecer su ruta de viaje.

Pero en los días nublados o con neblina, los navegantes se habrían guiado sólo con la dirección que les indicaba el viento y de las olas.

Por la niebla

La mitología nórdica o escandinava señala que los navegantes levantaban las piedras con dirección al cielo para determinar la dirección del sol cuando estaba cubierto por las nubes.

A inicios de este año, un estudio dado a conocer en la publicación especializada Philosophical Transactions of the Royal Society B (Transacciones filosóficas de la Sociedad Real B), revisaba la evidencia de que cristales formados naturalmente pueden selectivamente bloquear la luz en un proceso de polarización, es decir, las ondas de luz pueden ser restringidas a determinadas direcciones de oscilación.

"En la polarización, las características transmitidas por una onda se 'filtran' en una dirección de desplazamiento entre todas las direcciones aleatorias inicialmente posibles", señala el portal educativo vasco Hiru.com.

Los nuevos resultados muestran que los espatos islandeses, que están formados por carbonato de calcio cristalizado, son buenos polarizadores y podrían haber sido la materia prima de las míticas piedras solares.

Los espatos pueden ser fácilmente cortados y moldeados en formas de rombo, lo cual es clave para que se produzca el efecto polarizador.

El descubrimiento de una de esas piedras en un barco isabelino que naufragó en 1592 "luce muy prometedor" para los autores de la investigación.

martes, 1 de marzo de 2011

La Piedra Solar


  • Proponen una explicación científica a la antigua leyenda sobre un misterioso instrumento que los antiguos marinos utilizaban para orientarse en días nublados y sin brújula


Dice una vieja leyenda vikinga que los marinos, para encontrar su camino en el océano, utilizaban una «piedra solar» brillante que, elevabada hacia el cielo, revelaba la posición del Sol incluso en un día nublado. Suena a magia, pero los científicos creen haber resuelto el misterio. La mítica piedra solar podría consistir, en realidad, en unos cristales polarizadores. Este instrumento podría haber ayudado a los antiguos marinos a cruzar el Atlántico Norte. El informe se publica en la revista Philosophical Transactions of the Royal Society B1 y que recoge Nature online.

Los vikingos, lobos de mar de Escandinavia que viajaron a lo largo y ancho del Norte de Europa, las Islas Británicas y el Atlántico Norte de los años 750 a 1050, eran excelentes navegantes, capaces de cruzar miles de kilómetros de mar abierto entre Noruega, Islandia y Groenlandia. Posiblemente, la luz diurna perpetua durante la estación de verano en el extremo norte habría evitado que usaran las estrellas como guía para posicionarse, y la brújula magnética aún no se había introducido en Europa, aunque habría tenido un uso limitado tan cerca del Polo Norte.

Pero las leyendas vikingas, que incluyen la saga islandesa centrada en el héroe Sigurd, apuntan a que estos marinos tenían otra ayuda de navegación a su disposición: una «sólarsteinn». Una piedra solar. La saga describe cómo, durante los días n ublados o cuando azotaba la nieve, el Rey Olaf consultaba a Sigurd sobre la posición del Sol. Para comprobar la respuesta, Olaf «sostenía una piedra solar, miraba al cielo y observaba de dónde procedía la luz, a partir de lo cual adivinaba la posición del invisible Sol». En 1967, Thorkild Ramskou, un arqueólogo danés, sugirió que esta piedra podría haber sido un cristal polarizador como el espato de Islandia, una forma transparente de calcita, que es común en Escandi navia.

Espato de Islandia


¿Cómo funciona?

La luz contiene ondas electromagnéticas que oscilan de forma perpendicular a la dirección en la que viaja. Cuando las oscilaciones apuntan todas en la misma dirección, la luz está polarizada. Un cristal polarizador permite que pase a través de ella sólo la luz polarizada procedente de ciertas direcciones. Por esto, Ramskou defendía que, sosteniendo un cristal de calcita ante el cielo y rotándolo para comprobar la dirección de la polarización de la luz que pasa a través de él, los vikingos podrían haber deducido la posición del Sol, incluso cuando estaba oculto tras las nubes o la niebla, o estaba justo bajo el horizonte.

Los historiadores han debatido la hipótesis desde entonces. Algunos han defendido que esta técnica habría sido inútil, ya que sólo funcionaría si el cristal apuntara a ciertas zonas de cielo claro, y en tales condiciones sería posible estimar la posición del Sol a simple vista.

Gábor Horváth, investigador óptico de la Universidad de Eötvös en Budapest, y Susanne Åkesson, ecóloga de migraciones de la Universidad de Lund en Suecia, han puesto a prueba estas suposiciones desde 2005. En un estudio, los investigadores tomaron fotografías de cielos parcialmente nubosos o en ocaso en el norte de Finlandia através de una lente de ojo de pez de 180º, y pidieron a sujetos de prueba que estimasen la posición de Sol. Los errores de hasta 99º llevaron a los investigadores a concluir que los vikingos no podían haber dependido de la simple vista para evaluar la posición del Sol.

Con cielos cubiertos

Después, los científicos comprobaron si las «piedras solares» funcionaban mejor. Para ello, midieron los patrones de polarización de todo el cielo bajo un rango de condiciones atmosféricas durante una travesía del Océano Ártico a bordo del rompehielos sueco Oden5,6. Quedaron sorprendidos al descubrir que, en días nublados o condiciones totalmente cubiertas, el patrón de luz polarizada era similar al de cielos despejados. Ahora, los investigadores planifican más experimentos para determinar si los voluntarios pueden medir con precisión la posición del Sol usando cristales en distintas condiciones atmosféricas.

Sean McGrail, que estudia la navegación antigua en la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, dice que el estudio es interesante, pero que no es una prueba real para indicar si realmente los vikingos utilizaron dichos cristales. “La gente ya navegaba mucho antes sin estos instrumentos”, señala.

Los registros escritos supervivientes indican que los vikingos y los primeros navegantes medievales cruzaban el Atlántico Norte usando la posición del Sol en días claros como guía, en combinación con la posición de las líneas de costa, patrones de vuelo de las aves, rutas de migración de las ballenas y nubes lejanas sobre islas, dice Christian Keller, especialista en arqueología del Atlántico Norte en la Universidad de Oslo.

Keller dice que está “totalmente abierto” a la idea de que los vikingos también usaran «piedras solares», pero está esperando pruebas arqueológicas. «Si encontramos un naufragio con un cristal a bordo, entones sería feliz», señala.

www.abc.es